Un nuevo 21 de mayo se avecina y Valparaíso, además de dar lugar al tradicional desfile que conmemora el Combate Naval de Iquique, espera la llegada de miles de ciudadanos que vienen a protestar y hacerle un llamado a la presidenta Bachelet en su último año de administración. Pero ellos no vienen solo, arribarán acompañados de la ‘repre’ en masa.
Grandes grupos de carabineros, guanacos, zorrillos, lacrimógenas y toda la maquinaria de violencia llegará para ‘mantener bajo control a los subversivos’. Esto no es de extrañar considerando que el Estado chileno siempre ha visto con temor cualquier manifestación ciudadana que ocupe los espacios públicos.
Es así como en las calles porteñas ya observamos a más carabineros merodear y mirar con sospecha todo a su alrededor; y no tardaremos en ver a ‘nuestro’ congreso rodeado de Fuerzas Especiales, recordándonos quellegar a la clase política y hacerle saber nuestras demandas se ha vuelto casi un imposible.
La represión que vivenciamos en está pseudo democracia ha vuelto que la actitud represiva del Estado nos parezca algo normal. No obstante, se vuelve necesario que como ciudadanos cuestionemoslalegitimidad de que carabineros nos acompañe en cada manifestación, como si estuviéramos delinquiendo, y no dejemos de enfrentar esto como si fuera algo
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