Recordando a Rodrigo Cisternas

A dos años de la muerte del joven obrero Rodrigo Cisterna, su asesinato sigue en la más absoluta impunidad. Lejos de lo que esperamos de un sistema democrático, su fallecimiento permanece en las sombras del sistema judicial chileno, reproduciendo lo que ocurrió con Alex Lemún, Matías Catrileo, Jonhy Cariqueo y tantos otros. Entonces vale recordar hoy a su figura, símbolo de un sistema que explota a sus trabajadores y que los reprime cuando deciden luchar por sus derechos.

Él formo parte de las movilizaciones de los trabajadores de Celulosa Arauco el 2007, quienes se habían movilizado en contra de una política de la empresa que pretendía dividir a los trabajadores en dos clases, una con más privilegios que la otra. Frente a esto se organizaron y levantaron una coordinadora única, desde la cual de planifico el paró indefinido que demandaba, entre otras cosas, un reajuste salarial acorde con el aumento de las utilidades de esta gigante forestal.

Pese a que consiguieron negociar la empresa no accedió a cumplir todas las demandas, por lo que el paro y las movilizaciones continuaron. Parte de aquello fue el corte de calle del 3 de mayo, donde se enfrentaron los trabajadores y la fuerza pública, teniendo como resultado la muerte de Rodrigo.

Lo sucedido con este joven es muestra de las contradicciones que hoy se viven en un Chile que aparenta ser calmo y democrático. Lejos de esta bien maquinada imagen, hoy la explotación continua a lo largo y ancho del país, así como los viles mecanismos represores que utiliza el Estado para que todo continúe tal y como está.

Es por esto que la valentía de Rodrigo y sus compañeros de lucha debe entenderse como un incentivo para que siguen la búsqueda de una sociedad más justa; no como una figura para la colección de mártires. Veamos en su recuerdo un ejemplo de rebeldía y sacrificio que de fuerzas para continuar.

Fuente: Hommodolars